Explorando los Andes Venezolanos

Vista de Apartaderos (Mérida,Venezuela)  
                                   


   Hacer un paseo por la tierra andina significa experimentar un cúmulo de sensaciones que van desde sentir los exquisitos sabores de la comida de esta región hasta recrear la vista con los coloridos parajes de la montaña, pasando por el hogar de los niños tiernos que adornan la estampa con lo colorado de sus cachetes y cuentan historias y mitos en la carretera que atraviesa la cordillera de las cumbres adornadas, sólo algunas, con la blancura de la nieve.   

Cuando nos desplazamos por la vía que comunica al estado Trujillo con su vecina Mérida, podemos conocer gran variedad de sabores como las arepas andinas, a base de trigo, acompañadas de cremosa natilla de la zona o brindar a nuestro cuerpo todos los nutrientes de una sabrosa pizca andina (sopa a base de cilantro, cebollín, papa, huevo y leche) e incluso hay la posibilidad de almorzar truchas suculentas recién pescadas de las frías y cristalinas aguas del río Chama, y por supuesto no olvidemos el excelente chocolate caliente que nos ayuda a pasar el frío de la montaña y el páramo y nos da energía para que continuemos el recorrido con entusiasmo.    

Sin embargo, está claro que no solamente se trata de comer los manjares de la región, a medida que vamos avanzando por la carretera Trasandina y ascendemos hacia el sitio de mayor altura, el Pico El Águila, nuestra vista se recrea con los valles que sirven de asiento a una cantidad de pueblos pintorescos como La Puerta (en el estado Trujillo), Chachopo, y Timotes, antes de llegar al Pico El Águila, donde nos espera un restaurante construido con madera y en cuyo interior podemos,además de comer y beber, protegernos del intenso frío que hace por estar ubicado a más de 4000 metros sobre el nivel del mar. A partir de este punto se inicia el descenso hacia la capital del estado Mérida, pasando por Apartaderos donde se conecta con la vía hacia Barinas o siguiendo hacia Mucuchíes para continuar hasta la ciudad de Mérida.                   

No es extraño que en el camino encontremos a los simpáticos niños que dan una estampa especial al paisaje con con sus cachetes colorados por el frío y captan la atención con las historias y cuentos sobre el páramo.    

Recuerden entonces, admirar la majestuosidad de la cordillera andina, los valles fértiles, los ríos cristalinos, los pueblos pequeños pero hermosos y con gente amable, los frailejones (vegetación adaptada al intenso frío de la montaña) que brindan belleza al lugar, todo esto antes de llegar al ambiente urbano de la capital del estado.    
       
Ya en la ciudad, es impensable abandonarla sin visitar y conocer la maravilla del teleférico más alto y largo del mundo que en sus cuatro tramos entre las estaciones conduce hasta los picos más elevados del país que en años anteriores permanecían cubiertos de nieve todo el año: Picos Humboldt, Bonpland, La Concha, Bolívar, El León y El Toro.  

Naturaleza espectacular, montañas imponentes, gente amable y deliciosa gastronomía de la tierra andina venezolana; travesía inolvidable.     


Escrito por: Héctor Peyre      
@hectorpeyre            

   

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3 Comentarios

  1. Buena descripción de la pasantía, y el haber estado allí, nos ayuda a transportarnos a ese paisaje con más precisión cuando estemos meditando!

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  2. Excelente descripción de ese paseo obligado a uno de los sitios más bonitos de Venezuela.Me hiciste recordar esos mágicos momentos vividos en todas esas vacaciones

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