La Convivencia Familiar


    La palabra convivencia está formada por el prefijo con (juntos) y la palabra vivere (existir). En su acepción más amplia, hace referencia a la coexistencia de personas en un mismo espacio de forma pacífica y armónica. Nos ubica en el equilibrio que debe imperar en la familia y que invita a sentir agrado al formar parte de ella.

La historia ha demostrado que el desarrollo de la convivencia ha sido uno de los elementos que ha permitido preservar los distintos grupos sociales a través del tiempo. Reconocer a las personas tal como son, diferentes a nosotros, en características y potencialidades, pero con necesidades comunes, ha llevado a unificar esfuerzos desde buscar comida, abrigo, techo, hasta los grandes avances culturales de hoy en día.

Es a partir de la convivencia que se han gestado normas y valores en la búsqueda de la coexistencia llevadera en el devenir de la Humanidad. El fin de minimizar los conflictos que pudieran presentarse en el logro de los objetivos comunes, dentro de ese espacio y tiempo compartido.



La primera forma de convivencia se desarrolla en la familia; comienza con la decisión de dos personas de vivir juntas, incluye un acuerdo tácito, donde cada uno dará lo mejor de si, para que esa unión sea perdurable en el tiempo. Se nutre, en principio de atracción física, de empatía y de ese sentimiento que llaman Amor.

La mayoría de las parejas desean tener hijos, como una forma de trascender a través de otras personas. A ellos se les asegura la existencia física, desarrollo mental y emocional. En el hogar se satisfacen sus necesidades básicas desde el nacimiento hasta la juventud, inclusive. Desde la interrelación de padres e hijo surgen sentimientos, normas, valores y formas de comunicación que preparan a la descendencia para vivir en sociedad.

A partir de los distintos papeles presentes en la dinámica familiar: Madre, Padre, Hijo, Hija, Hermano o Hermana, aprendemos a reconocer las figuras de autoridad y las pautas de comportamiento, tales como: el respeto, el compañerismo, la equidad y la tolerancia entre otros. El ensayo y el error, los aciertos y desaciertos en las relaciones determinaran la calidad de la convivencia.



En la familia se establecen los primeros límites, hábitos y obligaciones. Cuando eres un bebé surge el primer “No” y las primeras lágrimas como respuesta. La armonía, el orden, la limpieza, será el resultado de los acuerdos de la pareja, de sus valores y del estilo de vida asumido. Es por eso que cada familia es un mundo, por decirlo de alguna manera.

Ahora bien, no es fácil convivir! Aun cuando exista comunicación entre los miembros de la familia; a
veces, se presentan problemas de roces, enfrentamientos, por diferencia de opiniones e intereses que
perturban y pueden generar hasta violencia, resentimientos, odio y en el peor de los casos venganzas.
Cuando surgen conflictos, la pareja o los padres, dependiendo del rol que se tenga en ese momento,
deben propiciar el respeto, la tolerancia, la comunicación, a partir del diálogo en la búsqueda de una
respuesta satisfactoria a los miembros de la familia.



Diálogo es la palabra clave en las relaciones familiares. Dialogar es una dinámica que se construye entre dos. Escuchamos y damos respuestas. La calidad en la respuesta oportuna, es lo que invita a mantener ese espacio de confianza abierto. Cuando los hijos son infantes, a los padres les gusta escucharlos; y se maravillan de las cosas que dicen. Conservan muchas de sus ocurrencias en el anecdotario familiar. Pero a medida que crecen y se hacen adolescentes esa disposición a oírlos va disminuyendo; lo mismo ocurre en las parejas, con los años.

Hacer de la escucha efectiva un hábito, es imperante y sus frutos los veremos en las conversaciones que invitan a la confidencia, a sentirse a gusto. La armonía familiar dependerá en principio del ejemplo de la pareja a sus hijos, en la resolución de sus conflictos y de como a partir de lo observado, lo internalice y aplique. Canalizar las diferencias individuales, lograr la justicia y la equidad, no es fácil cuando hablamos de mantener el equilibrio familiar, pero es la tarea asumida. Y por ende el Reto.
                                  



Escrito por: Josefina Ávila

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2 Comentarios

  1. Antonio E Medrano: Está muy bueno el artículo y en estos momentos que estamos viviendo por lo del virus es la prueba de que es una familia y lo que significa convivir juntos todo el día, Y la parte de tener hijos y lo que uno deja de hacer por los hijos
    Y sobre todo muchas veces las cosas que uno cómo pareja para convivir juntos que hay que aceptar

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    1. Gracias por su valioso comentario, nos complementa y le agrega valor a la reflexión

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