"Donde pan comes, migas quedan"
El hombre descubrió, en la prehistoria que los cereales se podían comer. Y en su experimentación cotidiana, los molió con una piedra y humedeció con agua. Y por esas casualidades de la vida, dejo olvidada esa mezcla cerca del fuego, donde el calor lo cocinó. ¡Aparece el primer pan!“Pan ganado sabe a gloria”
En la antigua civilización de Mesopotamia a partir de la siembra de distintos cereales, ya se elaboraba pan de forma rudimentaria; molían el grano, amasaban y colocaban la pasta resultante sobre piedras calientes.
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| Egipcios haciendo Pan |
“Contigo pan y cebolla”
Los egipcios, con su preferencia por el pan, perfeccionaron el proceso de cocción, con la creación del horno cónico y el descubrimiento de la fermentación. Los pobres gustaban de consumirlo con cebolla, de ahí el dicho antes mencionado.
“Donde hay hambre, no hay pan duro”
Para la Grecia Antigua hacer pan se convirtió en arte, las personas dedicadas a la panadería lograron crear diversos tipos de panes, con la incorporación de diferentes harinas, nuevos ingredientes y formas de mezclarlos.
“Al pueblo, pan y circo”
En la Edad Antigua, el pan se extiende a Roma y luego a todas sus colonias, sigue la evolución en su elaboración. Se diseñan nuevos molinos, máquinas para amasar y hornos. La panadería era un oficio privilegiado, quienes la ejercían tenían prestigio. Los ingredientes y formas utilizadas en la elaboración del pan diferenciaban a los comensales. Los ricos comían pan de harina blanca mientras que los pobres y esclavos pan moreno. Dar de comer pan a los pobres fue una de las estrategias del Imperio.
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| Evolución del pan |
“Lo que dice el panadero, siempre es verdadero”
En la Edad Media este oficio gozaba de alta estima en las comunidades. Los monasterios toman la batuta para aprender los secretos de las harinas y los hornos. Con los artesanos, surge el gremio de panaderos; la formación de un aprendiz para alcanzar el dominio de la panadería era de siete años. ¡Toda una escuela para el buen comer! Los molinos y hornos comunales eran utilizados por las personas humildes. Pan blanco bien cocido para el rico y panes poco cocidos de otros cereales para el pobre.
"A falta de pan, buenas son tortas"
Renacimiento de la Cultura y el Arte. Por ende de la panadería que comienza la diferenciación con la repostería, que es el arte de hacer dulces. Los italianos y franceses se vuelven famosos por su forma de hornear el pan, incorporan la mantequilla, azúcar y el chocolate en su elaboración. Recrean nuevos sabores y texturas.
“Con pan y vino se anda”
Las grandes transformaciones en la Edad Moderna, donde arranca la maquinaria de la Revolución Industrial conlleva progresos en la agricultura, una mayor producción de trigo, perfeccionamiento de los molinos, optimización de las técnicas de amasado, surgimiento de la levadura química, comienza la refinación de las harinas y su blanqueamiento; se masifica la producción pero se compromete la calidad.
“De los olores el pan; de los sabores la sal”
Mucho tiempo ha transcurrido. El hombre llegó a la Luna, desarrolló la tecnología, masificó los medios de comunicación y en la actualidad el consumo del pan, en sus distintas variedades y presentaciones se ha globalizado. La utilización de hornos eléctricos, harinas enriquecidas con vitaminas, masas congeladas, fabricación en grandes cantidades y la facilidad de comprarlo en cualquier sitio, han hecho del pan algo cotidiano.
“Pan casero, de ese quiero”
A la par de estos avances ha surgido la tendencia de experimentar y de hacer pan artesanal o personal; aquel que resulta de compartir recetas, de disfrutar amasar con las manos, de elaborar masas madres, de experimentar con mezclas de cereales, levaduras y otros ingredientes que los hagan diferentes, de jugar con el tiempo y la temperatura, ver como a partir de la fermentación de la masa y el horno creamos una obra de arte que deleita el paladar. Cada día, el aroma, sabor y textura del pan nos pondrá, nuevamente, frente aquel invento que surgió en la prehistoria al calor del fuego y de un olvido accidental. Evocar recuerdos de la infancia; los más afortunados, del pan que hacia mamá o la abuela, otros del que compraba papá, cuando regresaba del trabajo y traía en una bolsa caliente y olorosa. Para todos, huele a hogar. Y como dice el dicho:
“Déjate de tanto refrán y empieza a buscar el pan”
Escrito por Josefina Ávila
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