La Libertad y el Águila calva: dos significados, una connotación

                                   
   
 @grecorromano 

  Dedico estas líneas para referirme a dos signos que tienen especial significación para mí, el primero es inherente a todos los seres humanos y el otro lo podemos apreciar en su estado natural en la parte norte del continente americano; se trata de la libertad y del águila calva y lo que quisiera hacer al escribir este texto es disertar sobre estos dos significados y la connotación que vincula a ambos. Desde mi perspectiva, expreso que siento una particular atracción y admiración por la apariencia del ave americana y por supuesto que soy fiel seguidor de las ideas que consagran la libertad como derecho de todos los que habitamos este planeta.  




   Se sabe que el significado de libertad enmarca no pocas ideas sobre la realización del ser a nivel individual y social; desde que nuestros pensamientos toman forma en nuestro mundo interno hasta que se concretan en el plano material, nos vamos desenvolviendo con esa facultad natural que denominamos libertad, somos capaces de obrar o de no obrar de acuerdo a criterios que obedecen principios que nos han enseñado desde la infancia, tenemos la posibilidad de elegir lo que anhelamos para nuestro devenir, de actuar para hacer realidad lo que deseamos en el marco del desarrollo como personas, como miembros de un grupo familiar, en las relaciones de pareja, laborales, con los amigos y por supuesto que el libre albedrío implica la noción de responsabilidad ya que es deber respetar el derecho ajeno, por eso quizás la utópica idea de libertad absoluta, ojalá fuese posible esa libertad sin limitaciones pero creo que la historia, sobre todo, es la que demuestra que tal cosa no es posible; sin embargo es menester dejar claro que esta premisa no puede servir de excusa para menoscabar la preciosa libertad, pensemos sólo por un instante en los innumerables desmanes y atrocidades que se han cometido en el transcurrir de los siglos cuando se ha intentado socavar los cimientos de la libertad como principio de civilización, de ahí la importancia de preservarla como idea fundamental. 




   La filosofía señala que la libertad es inherente al ser humano, es un dato fundamental originario de la existencia humana, basado en la auto-conciencia y la responsabilidad, en ser capaces de diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto, en saber discernir sobre lo que está bien y lo que está mal. Por tanto, el individuo humano no puede remitir su propia libertad a ningún otro, y por eso mismo, la libertad, en su sentido antropológico, es algo que no puede eliminarse ni contradecirse.  

   Todos los actos presuponen a la libertad para poder ser moralmente imputables. La libertad se sitúa en la interioridad de la persona y siguiendo esa línea de pensamiento afirma Ricardo Yepes Stork: "Es una de las notas definitorias de la persona. Permite al hombre alcanzar su máxima grandeza pero también su mayor degradación. Es quizás su don más valioso porque empapa y define todo su actuar. El hombre es libre desde lo más profundo de su ser. Por eso los hombres modernos han identificado el ejercicio de la libertad con la realización de la persona: se trata de un derecho y de un ideal al que no podemos ni queremos renunciar. No se concibe que se pueda ser verdaderamente humano sin ser libre de verdad".     


   

   De ahí que todos tengamos el deber de defender ese precioso don llamado libertad ante cualquier circunstancia, país o persona que pretenda menoscabar este derecho inherente a todos nosotros, como seres individuales pero también como seres sociales, como sociedad y nación.    

  Ahora bien, enfocándonos en el otro signo al que hacíamos referencia al inicio del texto, el águila calva y su significado, sobre todo su connotación relacionada con la libertad. Quizás por un tema de preferencia personal, de gusto y admiración por esta elegante ave americana es que dedico estas líneas a disertar sobre este vínculo entre estos dos signos.    

  Porque cuando pienso en el águila calva alzando su vuelo, elegante, majestuoso y sin barreras, sobre la pradera norteamericana, pienso también en nosotros como personas y como nación; dicen que pertenecemos a la naturaleza y creo que ella nos deja enseñanzas constantemente; admirar el vuelo del ave sobre las montañas y los valles, significa apreciar, admirar y regocijarnos también por la libertad que nace desde nuestro ser interior y que proyectamos hacia nuestro mundo exterior, ya que de eso se trata, de ser libres como el águila por nuestra condición humana, que el vuelo del ave se represente por nuestras acciones como individuos y como sociedad y que son las que harán posible nuestro crecimiento y realización.




Seamos, pues, verdaderamente humanos y libres como el vuelo del águila calva sobre la pradera.          


Escrito por: Héctor Peyre    

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